“La educación es formar al ser humano para el cambio permanente y aún para la eventual crisis producto de la transición”.
Esta frase del científico social Miguel Ángel Escotet, toma mucha relevancia en nuestro contexto actual.
Uno de los factores que se ha venido adaptando al nuevo modo de configuración social ha sido la educación
Un nuevo escenario
La educación ha pasado de lo físico a lo virtual y con ello también lo han hecho los que integran este escenario (profesores y estudiantes).
Este nuevo escenario ha conformado una nueva forma de relación entre el profesor y el estudiante. Anteriormente el rol del docente estaba muy alejado del estudiante, debido a diversos factores.
Uno de ellos era la falta de tiempo, era más importante cumplir una programación o un plan de evaluación, que realmente detallar el aprendizaje del estudiante.
Sin embargo, esto ha pasado a un segundo plano y pareciera que este “nuevo normal” no está llevando a replantearnos muchas cosas.
Este nuevo normal ha cambiado drásticamente el modo de trabajar y el contexto de los estudiantes, los cuales, ya no sienten la obligación de ir a un espacio físico a estudiar, siendo esto un nuevo reto para la docencia.
Es un acontecimiento que a pesar de generar sufrimiento, ha conseguido algo impresionante que no habíamos logrado nunca: detenernos.
La educación es el futuro transformador. Aunque el contexto cambie, la educación se adapta y transforma.
Hoy más que nunca los estudiantes necesitan a los profesores, ya que a pesar de que se ha cambiado el escenario, el fin es el mismo: la educación.
Lo más sorprendente de todo es que la docencia está volviendo a su esencia. A esa labor de conectarse con los estudiantes. Entendiendo lo que necesitan y adaptándolo.
Este cambio nos ha igualado, recordando que aprender es de ambos. La escuela tiene que irradiar el cambio y el desarrollo, no lo contrario.
Impacto en la educación
El proceso de transformación ya llegó. Sabemos que es necesario un cambio de paradigmas, si antes había dudas sobre la educación virtual y su impacto, este nuevo normal está dejando eso en el pasado.
La forma de educar ha cambiado y con ello los docentes y estudiantes. Hoy sabemos que los papeles se han invertido, no es lo que el profesor requiere, sino lo que los estudiantes necesitan.
La labor actualmente es más cercana, es ese Programa de Educación Individualizada o IEP por sus siglas en inglés. Donde los profesores dejan de ser las fuentes del conocimiento y se convierten en los puentes que llevan a ellos.
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